Luna.

Me mojan los labios el recuerdo de tus besos, se me queda en la sangre las palabras que me sonrieron, donde caminan los sueños borrachos de tanto soñar, a donde despertaran tanta resaca, ¿quién los va acompañar?, si yo estoy solo y tu no te quieres quedar, donde bailaran las muñecas de las cajas de cristal, como anoche donde todo era perfecto, le gritaba a la luna que no me dejara despertar, le susurraba a los sueños que te ataran a la realidad, pudiste haberte ido desde el principio o más bien yo pude haber decidido nunca entrar, le pedía a las nubes que te mecieran en copos de felicidad, le pedía al viento que cantara y los bosques que embrujaran ese momento, que por un instante se hiciera eterno, y yo era feliz por que tu lo eras, y yo estaba acá era por tu lo estabas, y yo pintaba en lienzos azules y morados por que te gustaban, y sonreía de la forma en la que a ti te gustaba, a todo estaba de la forma en la que tu lo imaginabas, y te fuiste corriendo y dejaste todavía mucho de ti, y entonces ya no todo el día era de lienzos morados, la tarde llena de estrellas, empiezan a sangrar, los sueños heridos en batalla empiezan a convulcionar, el viento frívolo y tácito agoniza y la noche sin luna llena se quiere vomitar, salto desde la punta de una estrella ¿qué más da?, el golpe que me espera me lo escupió un perro, ahora sólo me falta aterrizar.